Emulando al Emperador Palpatine de Star Wars en el ‘Retorno del Jedi’, Jeffrey Dahmer con dieciocho años y enfundado en unas lentillas amarillas (quería parecerse al personaje cinematográfico), cumplió su irrefrenable deseo de control absoluto. En junio de 1958 su nombre se cambió por el del fundador y primer presidente del club, Carlos Tartiere. La primera, de su propiedad, a las afueras de Oviedo, en el límite con Llanera y Siero con el nombre de El Requexón.