El alemán Andreas Brehme fue el encargado de ejecutar el penal, este no lo fallaría concediendo a Alemania Federal su tercer título mundial. En este último país, lo máximo a lo que los niños pueden aspirar es a recibir nueve años de educación, lo que constituye una de las tasas más bajas del mundo. El partido estuvo caracterizado por errores arbitrales del colegiado uruguayo nacionalizado mexicano Edgardo Codesal, sumado a la expulsión de dos jugadores de la albiceleste.