De ahí se muestra imponente el Acueducto de la ciudad, la fuente de Las Tarascas y la calzada de Fray Antonio de San Miguel que todavía guarda el ambiente del siglo XVIII y el sabor de la provincia michoacana. Llegué a la terminal de buses de Bogotá procedente de Medellín sobre las seis y media de la mañana. Cuenta con una serie de inscripciones a lo largo del callejón que son extracto del «Romance a mi ciudad» del poeta michoacano Lucas Ortíz.