Esto después de casi un mes en el que una docena de puertos les negaron la autorización. «Les hemos cortado el pelo esta mañana a los críos y ya de paso les hemos puesto los colores de la selección» explica el padre de dos niños que llevan la cabeza teñida de rojo y amarillo. Se diferencia claramente de las camisetas con estampados, puesto que los nombres y números están cosidos a la camiseta y no pegados a ellas.