Los efectos de la guerra en el Real Oviedo fueron muy graves: Casuco falleció durante la guerra, Lángara estaba en el exilio, no había entrenador, los jugadores estaban dispersos y además el estadio estaba destrozado, puesto que se habían cavado trincheras y colocado nidos de ametralladoras que, a su vez, fueron bombardeados dejándolo en un estado ruinoso. Por todo ello se le pidió a la RFEF una dispensa para no jugar la temporada 1939/40, primera después de la guerra, reservándole la plaza en Primera División hasta la temporada 1940/41. La plaza del Real Oviedo la ocupó el Atlético Aviación, que luego se proclamó campeón de Liga.