En 2015, Italia registró su segunda victoria en el Seis Naciones como visitante, nuevamente ante Escocia. A su vez, tiene saldo positivo ante Irlanda, Escocia y Argentina entre otros equipos nacionales. Motivados por los beneficios económicos, otros equipos lo imitaron, añadiendo el logo del fabricante y un mayor nivel de ornamentación. Nuevas selecciones seguían surgiendo en el panorama futbolístico, y empezaba a consolidarse la profesionalización que brindaría nuevos campeones reconocidos a nivel mundial. En esta quinta final se logró vencer en uno de los mejores partidos de la historia reciente del VRAC al CDUL portugués poniendo el broche final a un mágico año 2014 en el que se ganaron todos los títulos posibles. La selección de fútbol de los Países Bajos es uno de los equipos de fútbol más importantes en la historia del fútbol. En 1974, Johan Cruyff rechazó vestir el uniforme de la selección neerlandesa porque la indumentaria de Adidas entraba en conflicto con su contrato con Puma.
Estas, por lo general, suelen ser combinaciones del uniforme titular con el alternativo, a fin de evitar coincidencias con los colores de los equipos rivales. Y lo primero que tienen que olvidar los aficionados del Liverpool es la cantidad pagada, pidió Jürgen Klopp, el máximo responsable del fichaje por ser el inductor de ese dispendio. En los años 1990 los diseños de camisetas se volvieron extravagantes en muchos casos, principalmente porque se buscaba que las mismas tuvieran un buen aspecto como objeto de venta para los aficionados. Los primeros uniformes iguales comenzaron a aparecer en la década de 1870, siendo muchos los clubes que eligieron los colores asociados con las escuelas u otras organizaciones deportivas de las cuales emergieron. Para 1936 los jugadores europeos llevaban botas que pesaban un tercio de las empleadas una década antes, con la excepción de los clubes británicos, que no adoptaron estas reformas. Inicialmente, casi todos los equipos utilizaban pantalones de un color que contrastaba con el de la camiseta.
En 1909, en un intento de ayudar a los árbitros a identificar a los guardametas entre el montón de jugadores, se modificaron las reglas para establecer que debía lucir una camiseta de un color distinto al de sus compañeros. Inicialmente se especificó que tal atuendo debía ser escarlata o azul real, pero cuando se añadió el verde como tercera opción en 1912, pronto todos los porteros jugaban en ese color. Mientras el juego pasaba gradualmente de ser practicado por amateurs adinerados a profesionales de clase obrera, los equipamientos también cambiaron. En la primera parte de la década también llegaron los primeros equipamientos patrocinados, con grandes clubes como el F. C. Bayern de Múnich mostrando nombres de compañías en sus camisetas. Las camisetas deben tener mangas -largas o cortas- y los guardametas deben vestir unas que se distingan fácilmente de las de los demás jugadores y árbitros. Los equipamientos —principalmente las camisetas— se empezaron a fabricar en masa, permitiendo así que los seguidores pudiesen comprarlos y generando grandes beneficios para los clubes. A pesar de esto, en algunas ocasiones la posibilidad que tienen los seguidores de comprar una camiseta con el número y el nombre de un jugador estrella, lleva a verdaderos beneficios para el club.
FIFA estimó que tal indumentaria no se consideraba una camiseta y que por lo tanto no estaba permitida según las reglas del fútbol. Al principio este nuevo estilo fue rechazado, pero en poco tiempo tanto clubes británicos como de otras partes del mundo adoptaron estos pantalones. También se volvió usual la impresión del logotipo de patrocinadores tanto en camisetas como pantalones. En el siglo XX las botas se volvieron más livianas, los pantalones se acortaron y los avances de la producción textil y de estampa permitieron la fabricación de camisetas de fibras sintéticas livianas, con diseños más coloridos y complejos. El equipamiento de los futbolistas evolucionó significativamente desde los primeros días del deporte, cuando los jugadores vestían gruesas camisas de algodón, pantalones por debajo de las rodillas, medias hasta las rodillas y rígidas botas de cuero. Existe además el caso del Athletic Club y el Atlético de Madrid, quienes compraban directamente el equipamiento del Blackburn Rovers y más tarde del Southampton Football Club, siendo los colores de este último los que adoptarían definitivamente.